sábado, 19 de septiembre de 2009

Sábado 19 de septiembre


La forma en que nacemos es importante
Con motivo del Congreso Nacimiento humanizado que se llevará a cabo en octubre en Monterrey, México, me ha estado llegando información muy interesante sobre parto humanizado, parto en el agua, parto en casa. Las prácticas hospitalarias en la actualidad constituyen una violación para la mamá y para el bebé. Sin embargo son aceptadas como algo "normal". Se abusa de la cesárea, sin considerar las consecuencias que puede tener para el bebé y para la madre. Lo que debería ser un caso de emergencia, se está volviendo el modo habitual para nacer. Se olvida por ejemplo que durante el parto la madre transfiere al bebé un coctel de hormonas, diseñado por la naturaleza para hacer de esa experiencia algo gozoso y facilitar el vínculo madre e hijo. Durante una cesárea este queda bloqueado.
Movida por la curiosidad me he dedicado a buscar información sobre parto natural y he encontrado que internet es un excelente medio para informarse. Me encantaría animar directamente a las futuras mamás a ponerse las pilas e investigar las posibilidades de tener a su hijo en el agua. Es la mejor experiencia del mundo y es posible. La mejor para la mamá y la mejor para el bebé.


El negocio de nacer o no nacer
Siguiendo con el tema del parto, compré el documental llamado "The business of being born" que denuncia el abuso de la cesárea en Estados Unidos (aplicable también a México y a Colombia, por lo que conozco). Muy impactante. ¡Mamás de cuanto se están perdiendo!

En escena aparece otro documental sobre el negocio del aborto, titulado "Blood Money". Me hace pensar la relación entre una cosa y otra. La cesárea es un negocio, el aborto también. En el fondo hay manipulación hacia la mujer. Ni se le deja "disfrutar y vivir su parto", ni se le apoya a tener el hijo que espera, por miedo a una discapacidad, miedo al que dirán, miedo a la responsabilidad, miedo a perder la propia salud, por ser hijo de un violador, etc.
Un embarazo siempre causa un poco de temor, es algo normal. Pero independientemente de las circunstancias, un hijo es un motivo de alegría. Bien vale la pena luchar por tenerlo.


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